El camino de la energía y la armonía

Creado por Morihei Ueshiba, el aikido es un arte marcial japonés que combina técnicas de control y derribo de uno o varios oponentes. Se utiliza el movimiento del cuerpo para redirigir la fuerza de un ataque, neutralizándolo.

La característica fundamental del aikido es la búsqueda de la neutralización del contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin dañarlo, en lugar de simplemente destruirlo o humillarlo. El maestro Ueshiba buscaba en su práctica la vía de la no violencia, desarrollando en el practicante el espíritu de la paz. No se busca la confrontación, sino la unión y el aprovechamiento de la energía del contrario.

El aikido es accesible a hombres, mujeres y niños de todas las edades, condiciones físicas y habilidades. El entrenamiento en el dojo (escuela) forma el carácter y el espíritu, fomentando la humildad, el respeto y el compañerismo. En su práctica se usan tres palos de madera que simbolizan las armas antiguas japonesas; junto con las técnicas propias basadas en luxaciones, proyecciones e inmovilizaciones.

El maestro Morihei Ueshiba concluyó que el verdadero espíritu de las artes marciales no debe centrarse en el combate o la competencia deportiva, sino en la búsqueda de la perfección física y mental del ser humano, a través del entrenamiento y la práctica continuada.